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¿POR QUÉ MI HIJO NO APRUEBA?

Mi hijo /a va justito en los estudios

“Mi hijo no aprueba, suspendió 5 asignaturas el año pasado pero al final recuperó 3.” “Siempre le ha ido muy mal esta asignatura”. “El segundo trimestre fue mejor, el primero muy mal”.

Éstas son algunas de las frases que más escucho de los padres cuando vienen a la consulta. Todo esto hace que padres y madres tengáis la sensación que vuestro hijo/a siempre va justo/a, que no acaba de aprobar, que no lo consigue.

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¡Os propongo un ejercicio! Míralo desde otro punto de vista…

¿Qué cosas hace bien? ¿Es capaz de aprobar y recuperar asignaturas? Entonces, aunque suspende, tiene la capacidad de aprender, plasmarlo y hacerlo bien. Piensa, ¿por qué no es siempre así? Los padres como adultos y parte educadora podéis y debéis darle estrategias para que encuentre la manera de mejorar en este sentido.

Estas estrategias no pasan por insistir constantemente en que haga los deberes: “va ponte”,  “tienes que estudiar más”, “si este año no apruebas no tendrás…”, ” ¡siempre haces lo mismo!”. Las estrategias deben ser concretas, aplicables, que el niño/a o adolescente las entienda. Le debemos ofrezcer una manera nueva de hacer las cosas y que le permita afrontar los aprendizajes como no lo había hecho hasta ahora. Ellos quieren y tienen la capacidad de aprender, ¡no lo olvides!

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo /a para que apruebe?

Organización

  • Presta  atención a lo que te dicen desde la escuela.

Tanto las cosas que hace mal como aquellas que hace correctamente. Ellos son los que conocen mejor al niño/a como alumno/a. Fijarte en aquello que hace bien te ayudará a poderle dar herramientas para que lo aplique en aquello que le cuesta más.por-que-mi-hijo-no-aprueba

  • ¿Cómo se organiza él/ella como estudiante?  ¿Cómo os organizáis vosotros como padres?

Muy a menudo os dáis cuenta que vuestro hijo no se planifica bien el trabajo, no se organiza adecuadamente para prepararse un examen, etc. ¿Os habéis fijado en vosotros como modelo? ¿Tenéis vosotros un horario? ¿Una agenda? ¿Una planificación? Ayudad a vuestro hijo a que se organice introduciendo su trabajo como parte de vuestra rutina.

  • Facilitad a vuestro hijo/a una organización.

Ayudad para que en su día a día haya unos hábitos, una estabilidad y unos horarios más o menos fijos para que él pueda introducir sus obligaciones. Por ejemplo, dejar un par de tardes a la semana sin actividades u obligaciones.

Actitud

  • La actitud hacia el estudio es una parte fundamental del aprendizaje.

Reflexionad también como es vuestra actitud hacia su estudio. Si siempre dáis mensajes negativos, si creéis que no lo conseguirá. Si dais por supuesto que es un mal alumno/a, él/ella también se lo creerá. Dadle mensajes positivos y ofrecedle estrategias para encontrar soluciones.

  • Los alumnos/as tienen la capacidad y las ganas de aprender y aprobar.

Esto siempre es así aun cuando a menudo no lo vemos reflejado en su actitud. ¿Por qué? Muy a menudo el aprendizaje se acaba convirtiendo en una rutina aburrida y monótona, con objetivos poco claros a corto plazo más allá del aprobado o el suspenso. Es muy necesario, para conseguir una buena actitud de aprendizaje, que para ellos sea un reto, una motivación constante.

Por ejemplo, ligad lo que va aprendiendo con sus intereses, o bien con las cosas cotidianas del día a día (que haga alguna cuenta, pedirle que busque alguna información sobre un viaje, etc.) y decirle lo bien que lo está haciendo, esto le ayudará a sentir que lo que aprende le ayuda con algo práctico de su día a día.

Estado emocional

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  • Otro de los puntos claves para evitar los suspensos es el aspecto emocional.

Cómo se siente, cómo está, qué pasa en casa, qué pasa en su ámbito social, etc. Cuidar y tener en cuenta los estados emocionales de vuestro hijo/a es muy importante para estudiar, pudiéndole influir en aprobar o suspender. También os pasa a vosotros como adultos, si algo os preocupa estáis más distraídos, con menos energía, etc. A vuestros hijos les pasa lo mismo, aunque muchas veces la manera de transmitirlo no es la misma que la de los adultos. Prestad atención pues, en cómo está vuestro hijo/a.

Todos los niños y niñas tienen la capacidad de aprender y también las ganas de hacerlo. No pongáis una etiqueta a aquel alumno que le cuesta alguna asignatura o tiene más dificultades al aprender una  materia. Poned vuestros esfuerzos en pensar qué se puede mejorar para que el alumno aproveche todos sus recursos para  aprender y transmitir sus conocimientos al máximo.

 

María Costa. Col. núm 17280

Psicóloga Especialista en Educación

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