
01 Feb ¿CÓMO NOS CUIDAMOS LOS PSICÓLOGOS PARA PODER CUIDARTE?
Sin duda, poco se habla de cómo nos cuidamos los psicólogos para poder cuidar.
Los psicólogos ayudamos a gestionar, damos herramientas y acompañamos a personas en momentos difíciles. Nos formamos para ello sí, pero no por eso somos supermans o superwomans. Nosotros también sentimos, también nos abrumamos, tenemos problemas y dificultades personales. Y además, nos pasamos nuestra jornada laboral escuchando las de los demás. Y lo hacemos, o al menos hablo por mí, con mucho gusto y sintiéndome una auténtica privilegiada. Pero, para poder seguir haciéndolo bien, necesito seguir una buena rutina de autocuidado.

A continuación, te detallo lo que, para mí, sería una rutina de autocuidado ideal para terapeutas. Yo hablaré de psicólogos, porque es lo que yo soy y por tanto, lo que conozco. Pero seguro que si eres coach o terapeuta de otro tipo también
te vendrá bien. Además si no eres profesional de este ámbito, te puede servir para tener más información sobre nosotros. Espero que compartir las claves de nuestro autocuidado, sirva también para que cojas ideas para el tuyo propio, sea cuál sea tu profesión.
El autocuidado de los psicólogos
La formación como autocuidado
Empecemos por lo básico… Los psicólogos estamos en formación continua. Y eso es importante, porque necesitamos sentir que contamos con el conocimiento necesario para atender correctamente a las personas. Eso hace que nos podamos sentir más cómodas/os y seguras/os ante nuestro trabajo y gestionarlo todo mejor. Por tanto, para mí, la formación también es autocuidado.
Por otro lado, también existe la supervisión. Supervisión significa poder contar con un psicólogo de gran experiencia con quien comentar los casos que entrañan mayores dificultades para ti. Por supuesto, de forma confidencial y con el fin de mejorar la atención que le ofreces a tus pacientes/clientes. Pero además, hay casos y personas que te conectan con tus propias vivencias y eso, hay que gestionarlo. Porque sean casos aparentemente más fáciles o difíciles, en consulta se generan emociones y es importante que el psicólogo cuente con un espacio para trabajarlas y trabajarse. Por supuesto, también está la posibilidad más que recomendada de hacer terapia personal; quizás no siempre, pero sí de forma periódica.

¿Cuáles son mis límites?
Otro punto clave para nuestro autocuidado es reconocer nuestros propios límites. Es importante tener claro cuantos pacientes al día somos capaces de atender de forma correcta y responsable. Y cerrar agenda cuando sintamos que no tenemos energía o tiempo para acompañar a más personas. Y relacionado con esto, no aceptar todos los casos que nos llegan sin más; a veces es necesario derivar a otros profesionales. No podemos llegar a todo ni ser expertos en todo.
Espacio de terapia
En cuanto al espacio terapéutico, pon una decoración y elementos que te hagan sentir cómoda/o, que sea un espacio agradable. Puedes procurarte con aromas, inciensos, plantas, cojines bonitos… también por supuesto ventilarlo a menudo y que esté protegido de ruidos.
Antes de iniciar las sesiones del día, yo recomiendo tener un espacio para conectar contigo y con el espacio. Quizás hacer un rato de meditación antes de preparar las sesiones, poner algo de música ambiente, hacer estiramientos, etc.

Tu mundo interno
Durante cada sesión, es muy importante reconocer las emociones que se generan en ti. Eres una persona y como tal no puedes pretender que nada de lo que sucede en el espacio terapéutico te afecte. Incluso, dependiendo de tu orientación terapéutica, puedes expresar tus emociones, siempre de una forma calmada y buscando las palabras adecuadas. Y como ya comentaba antes, tomar consciencia de qué emociones o sensaciones son propias y cuáles corresponden al paciente. Asegúrate de mantenerte hidratada/o y de ir cambiando de postura a menudo.
Entre sesiones a poder ser, déjate unos minutos para salir del espacio, mueve el cuerpo, despeja la mente… sobretodo después de sesiones muy cargadas a nivel emocional. En esos casos, puede ser bueno que te dediques unos minutos a ti, a soltar y procesar. Quizás a través del cuerpo y/o la escritura por ejemplo.
Al terminar el día, un pequeño ritual de cierre como poner una determinada canción mientras recoges, hacer unas inspiraciones profundas… todo aquello que te ayude a dar la jornada por finalizada. A mi por ejemplo, me encanta dar un paseo al salir en vez de coger el transporte público.
Cuidado básico
No he nombrado actividades básicas de autocuidado como tener un buen hábito de sueño y alimentación, hacer ejercicio físico o tener espacios propios de descanso. Por supuesto, son esenciales, igual que mantener actividades de ocio y de socialización que nos ayuden a desconectar de nuestro trabajo. Por mucho que nuestro trabajo nos apasione, nunca será sano que ocupe gran parte de nuestro tiempo fuera de la jornada laboral.
Debemos cuidarnos como terapeutas, pero también como personas.
Sílvia Pueo Santolaria.
Psicóloga General Sanitaria
Col. núm. 18637
Si te ha interesado este artículo, puede ser que también te interese:
- 8 preguntas para reflexionar y dejar de compararte con los demás.
- ¿Cómo puedo mejorar mi autoestima?
- ¿Es posible superar una infidelidad?
- ¿Cómo afecta tener hijos a la relación de pareja?
- ¿Estoy en una relación de dependencia emocional?
- El pajarito al que le fallaron las alas: Una historia sobre la agorafobia.
- ¿Son inevitables los celos en la pareja?
- Aprende a discutir en pareja sin perder el control.
- ¿Es posible mejorar mis habilidades sociales?
- El duelo por ruptura sentimental: fases y cómo superarlo.
- ¿Cómo recuperar la chispa en tu relación de pareja? 8 consejos para parejas (con y sin hijos).
- Cómo decir no y morir en el intento.
- Vivir hoy en pareja: Whatsapp, facebook y otros líos.
¿Quieres hacernos una consulta?
Te atendemos presencialmente u online.
Nuestros profesionales están a tu servicio para ayudarte. ¡Contacta con nosotros!
No hay comentarios