odio la navidad

¿POR QUÉ ODIO LA NAVIDAD?

Odio la Navidad

En estas fechas de Navidad es muy común escuchar conversaciones donde la gente se manifiesta a favor o en contra de la Navidad. Mientras unos afirman disfrutar de estas fechas, otros dicen frases del tipo: “odio la Navidad“, “no soporto estas fiestas” o “si pudiera desaparecería hasta después de Reyes”.

¿Qué hace que nuestra percepción sea tan diferente respecto a estas fechas? Lo que vemos detrás son vivencias personales que hacen que estas fechas tengan un significado u otro. Cada uno de nosotros tiene una historia familiar y personal que marca como interpretamos las Navidades.

¿Cuál es tu relación con tu familia?odio-la-Navidad

En función de nuestra historia familiar estas fechas se nos harán más o menos cuesta arriba. Si tengo una buena experiencia como hijo/a, nieto/a, sobrino/a dentro de mi familia podré vivir estas fechas con ganas de compartir y divertirme. En cambio, si no me he sentido bien dentro de mi familia y en estas fechas debo compartir tiempo con ellos, seguramente no lo viviré positivamente.

Imaginemos que me he sentido poco reconocida, muy exigida por mis padres (como veis hablo de percepciones subjetivas y, a la vez, totalmente legítimas) y en un entorno frío emocionalmente. Esto hará que mis ganas de compartir tiempo y espacio con ellos no sean muchas. Además puedo vivir este momento como una hipocresía. Todos simulamos estar felices y ser amables cuando hay cosas de fondo que no se han solucionado. Una situación así es normal que nos pueda producir malestar emocional y sentimientos de rabia o frustración.

La silla vacía

En otras familias donde un miembro ha fallecido ha Navidad se vuelve un momento de dolor al recordar. Delante de una mesa donde está reunida la familia, se hace muy evidente cuales son las personas que faltan. Esta situación puede hacer que personas en proceso de duelo revivan de nuevo esta herida.

Los recuerdos sobre la persona fallecida pueden llenar nuestra mente y conectarnos con el dolor que produce la ausencia. Esto lógicamente puede provocar que nuestras ganas de fiesta sean nulas y no podamos quitarnos a la persona que falta de la cabeza.

Consumismo y excesos

odio-la-NavidadAún cuando nuestras vivencias familiares y personales sean positivas nuestros valores pueden chocar con el consumismo y exceso de comida, exceso de muestras de afecto que no se dan durante el resto del año, exceso de alcohol, etc. Nuestro criterio personal puede chocar con el que comparte el resto de nuestra familia respecto a cuántos regalos hacer o cuánto gastar en las comidas.

Por otra parte, nuestros teléfonos se pueden ver inundados de mensajes de celebración, felicidad, exaltación de la amistad que según en que momento estemos no coincidan con nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, si estamos pasando un mal momento personal por temas laborales o de pareja y no estamos en nuestro mejor humor.

¿Cómo enfrentar la Navidad si no me gusta?

Hemos detallado algunas situaciones que pueden hacer que la Navidad no sea la época del año más apetecible para nosotros. Ahora toca pensar qué hacer si nos encontramos delante de alguna de esas situaciones.

La libertad de elección por encima de todo

Primero de todo, debemos recordarnos a nosotros mismos que no estamos obligados a nada. Dependiendo de cuál es nuestra historia o momento vital es totalmente legítimo que decidamos hasta qué grado queremos participar de estas fiestas.

Si podemos prescindir del qué pensarán, nos sentiremos más libres para ser coherentes con nosotros mismos. Algunas personas deciden viajar en estas fechas, aprovechar para ir a algún destino donde la Navidad no se celebra, salir con su pareja y/o amigos/as, etc.

Cómo encarar las comidas/cenas

Si decidimos reunirnos con nuestra familia, pero no estamos del todo cómodos, podemos tomar algunas medidas que nos pueden ayudar:odio-la-Navidad

  • Decide cuánto tiempo quieres pasar en la comida/cena.
  • No entres en provocaciones con familiares que sabes que se alteran o que hablan demasiado después de unas copas.
  • Evita conversaciones que pueden ser difíciles o suscitar conflicto.
  • Modérate con el consumo de alcohol.
  • Si tienes pareja y vais a ir juntos, háblale de cómo te sientes y establecer un plan si quieres poner fin a la comida e irte.

Cómo enfrentar la ausencia de un ser querido

En los casos que ha habido una muerte es importante que las fiestas también sirvan para poder recordarlo de una forma positiva aunque esto pueda hacer surgir las lágrimas. Contenernos y estar toda la comida o cena ausentes no nos va ayudar.

Si compartimos nuestras emociones es muy probables que veamos que esto le sucede a más de un miembro de la familia y podamos descargarnos. Juntos seguramente será más fácil conectarnos con los afortunados que habéis sido de haber tenido a esa persona en vuestras vidas. A partir de ahí, seguramente será mucho más fácil que después podamos focalizarnos en los que estamos presentes.

 

María Martín Santacreu

Psicóloga/ Especialista en Terapia Familiar y Pareja

Col. 15745

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