CRISIS DE PAREJA: UNA OPORTUNIDAD LA REFORZAR LA RELACIÓN

Una crisis de pareja  puede surgir a partir un cambio importante de nuestra vida o bien como conflictos internos. Estamos tan absortos en la rutina diaria que muchas veces no escuchamos la señales que nos indican que algo no está funcionando bien, sentimos cierto malestar que no sabemos muy bien donde ubicar. Y es que tener una crisis de pareja forma parte de la existencia humana y nos ayuda a procesar, reflexionar y tomar decisiones.

No podemos estar siempre tranquilos y en harmonía. Eso no nos permitiría encontrar el valor de lo que realmente nos hace estar bien, ni tomar decisiones sobre qué tipo de vida queremos. Una crisis de pareja es una oportunidad de cambiar aquello que no nos gusta o que no está funcionando.

Crisis de pareja en el paraíso

Y es que cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido todo su sistema se desmoronó y tuvieron que vivir con aquella circunstancia que había cambiado toda su realidad. Hubo un elemento externo que cambió la realidad y llevó a ambos a cambios internos y en la relación.

En la relación de pareja el inicio suele ser un momento dulce, más o menos pasional, pero que nos produce satisfacción y bienestar. Nos sentimos queridos y conectados con esa persona y las hormonas hacen su función de mantenernos interesados y receptivos respecto al otro.

Pero cuando ese periodo acaba, llega la rutina y el día a día, y el paraíso se desvaneceNos damos cuenta que hay cosas que no nos gustan de la otra persona. Situaciones que no gestionaríamos de la misma manera, gustos e intereses que difieren, ya no estamos tan de acuerdo en todo,… y de repente hay momentos de dificultad cuando antes todo fluía.

Crisis como posibilidad de resolver 

Todas las relaciones de pareja de larga duración pasan por crisis. Algunas de ellas se podrán resolver y habrá otras que no nos permitirán darle continuidad a esa relación.

Cuánto más conscientes seamos de que va a haber crisis, más capacidad de gestión tendremos dado que nos va a permitir identificar lo que está sucediendo. Salir de la ilusión que todo va a ir bien siempre, nos da más margen para adaptarnos a las dificultades. Saber que van a aparecer en algún momento, nos permite reflexionar sobre cómo queremos actuar delante de los imprevistos o dificultades. No podemos avanzarnos a lo que nos sucederá, pero saber que las crisis sucederán nos va a ayudar a poder encajarlas con más flexibilidad.

No niegues la realidad

Las crisis pueden ser fruto de cambios vitales: la llegada de un bebé, muertes de familiares, cambios laborales, mudanzas, etc. Estos hechos van a suponer una crisis en la relación en mayor o menor medida. Son circunstancias que van suponen un elevado nivel de estrés y de gestión del impacto que suponen en nuestro día a día.

En una relación de pareja es habitual minimizar ciertos hechos o situaciones porque  “no queremos desmontar el paraíso”. Tenemos la idea de la relación como algo estático que permanece siempre igual y ante la dificultad solemos creer que habrá tiempos mejores o que realmente no es tan importante. Haciendo esto, permitimos que empeore la situación, no nos ponemos manos a la obra y la situación se puede agravar. Ignorar el malestar no va a mejorar la situación.

Crisis personales que llevan a crisis de pareja

Otras crisis de pareja están motivadas por reflexiones o crisis personales que ponen en cuestionamiento nuestra vida y, como consecuencia, la relación. En éstas hay que poder analizar qué nos pasa para poder afrontarlo con la pareja y ver qué impacto tiene en ella. Mantenerla al margen no va a mejorar la situación. Aunque no hablemos de lo que nos sucede nuestro lenguaje no verbal nos delata y si no explicitamos lo que nos sucede podemos hacer sufrir innecesariamente a nuestra pareja.

Sea como sea, si algo debemos tener presente es que las crisis de pareja forman parte de la vida. Tienen que ver con momentos en los que hay que revisar y reubicarnos. Son parte de nuestra propia evolución tanto individual como de pareja. Debemos ser conscientes de éstas, no negarlas y buscar maneras de afrontamiento. A lo mejor, hasta podemos ver que estas crisis de pareja, una vez superadas, nos han permitido mejorar la relación y nuestra vida.

Úrsula Salvador. Col. 17363

Psicóloga Especialista en Terapia de Pareja

 

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