24 Dic SOBREVIVIR A LA FAMILIA (EPISODIO I): ¿CÓMO EVITAR LAS DISCUSIONES FAMILIARES EN NAVIDAD?

Discusiones familiares en Navidad

Llegan las fiestas de Navidad y algunos ya tiemblan. Ya lo dice el dicho: “La familia cuando viene da alegría, pero cuando se va más todavía”. Y es que algunos ya anticipan las discusiones familiares que con horas por delante y una copas de más pueden surgir.

Cada uno de nosotros conocemos el funcionamiento de nuestra  familia y podemos saber qué situaciones evitar o redirigir. Cuando tenemos pareja la historia se vuelve más compleja. Lo que yo entiendo por “normal” al otro le puede parecer totalmente disfuncional.

Y es que en el mundo de la pareja, las relaciones con las respectivas familias políticas son un delicado terreno a cuidar. Los conflictos en este ámbito pueden acabar generando mucho malestar y frustración, llegando a estropear la más idílica de las historia de amor. No es de extrañar que muchas de las consultas en terapia de pareja estén relacionadas con cómo relacionarse con las familias políticas.

Navidad: más tiempo en familia

En esta época del año los compromisos y las relaciones familiares cobran una dimensión de especial relevancia. Compartimos más espacios y más tiempo de lo habitual con nuestras familias políticas. Reuniones familiares donde las emociones suelen ser más intensas. Además de poder estar aderezadas con un poco (o mucho) de alcohol.

Si la relación con nuestro suegros, por ejemplo, es buena, pasaremos estos días con tranquilidad y hasta estaremos deseando que lleguen estas fechas para disfrutar. Si por lo contrario, la relación ha estado llena de fricciones, se pueden provocar situaciones incómodas y tensas para todos. Y sin quererlo podemos poner a nuestra pareja en medio de un conflicto de lealtades: “¿estás conmigo o con tus padres?”. Entre la espada y la pared.

En estas ocasiones aunque intentemos ser diplomáticos muchas veces es difícil disimularlo. El malestar es evidente en nuestra cara, en nuestro tono de voz, en  nuestra postura corporal. La comunicación no verbal nos delata, ya que no podemos llegar a controlar todas nuestras reacciones e impulsos. Pero , ¿podemos cambiar nuestra forma de reaccionar ante alguien con el que no tenemos simpatía?

La lealtad a la propia familia

La mayoría de personas nos sentimos de alguna manera leales a nuestra familia de origen. De ella incorporamos unos valores y determinados modos de vivir, que se nos han transmitido desde niños. Cuando formamos una pareja, cada uno aporta su mochila de experiencias, recuerdos y formas de hacer a la relación. Se unen simbólicamente dos tradiciones y dos modos de ver el mundo diferentes, los que trae cada uno consigo.

Las relaciones con los suegros y demás familia política pueden ser fuente de preocupación y conflicto si no se gestionan de manera adecuada. En la situación ideal se suele establecer, con más o menos acuerdo, cuál será la relación con cada familia. Se trata de encontrar una fórmula con la que cada uno se encuentre cómodo, respetando también la necesidad del otro respecto a su propia familia.

¿Cómo ver a mi familia política de forma diferente?

Existe una técnica psicológica llamada la mirada apreciativa creada por David Cooperrider. Se trata de algo muy simple, pero muy difícil a la vez: cambiar nuestra mirada con respecto al otro.

La manera en que percibimos a las personas determina nuestra reacción y cómo nos relacionamos con ellas. Por ejemplo, si yo veo a mi suegra como una déspota, aunque intente evitarlo probablemente me mostraré ante ella molesto, irritable o apático. Aunque mi boca no diga que no la soporto, mi cuerpo y su lenguaje me delata.

La mirada apreciativa

La idea es cambiar nuestra percepción ampliando nuestra mirada sobre esa persona en concreto. Tomarnos el tiempo y el esfuerzo de intentar entenderla. Dejar nuestras viejas opiniones sobre ella a un lado (“no la aguanto, ¡es una déspota!”). Empezar a hacernos nuevas preguntas: ¿Cuáles son sus fortalezas, sus debilidades, sus capacidades, sus miedos? ¿Qué es lo que le ha pasado en la vida para llegar a ser de la manera que es?

Cuando podamos empezar a mirarla desde otro prisma más humanizante, nos daremos cuenta que nuestro trato hacia ella también cambia. Se abre una valiosa oportunidad para que la relación empiece a tomar un tono más amable. Hasta puede que se transforme el recelo en comprensión, la rivalidad en cooperación.

Y si ,¿no lo consigo?

Puede ser que a pesar de nuestros esfuerzos no consigamos conectar con esta nueva mirada. Entonces nos puede ayudar pensar que algo tiene que haber hecho bien la familia, ya que ellos criaron a la persona que más tarde nosotros hemos escogido para compartir nuestra vida.

Aquí os dejamos un artículo en el que Pablo Quiroga ha participado en la revista VICE sobre cómo conservar nuestra salud mental estos días de Navidad: Salud Mental en Navidad.

María Martín Santacreu. Col. 15745

Pablo Quiroga Vicuña. Col. 14679

Psicólogos Especialistas en Terapia de Pareja

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